(Una Serie de Mensajes dado al Centro de la Familia Cristiana, en Sogamoso, Colombia en enero 2010.)

La Naturaleza del Espíritu Santo

(Mensaje dado sabado, el 23 de enero, 2010)

Chris White predicando en Centro de la Familia Cristiana

 

 

El Señor nos está cambiando y espero que esa sea tu oración, “Señor cámbiame.” ¿Y en que es lo que el Señor nos está transformando? Pues a la imagen de su Hijo, porque estaremos en su presencia como la esposa del Cordero. Y tenemos que estar listos y transformados, no con pena, pero si como una esposa hermosa para el Cordero de Dios.

 

 

 Hoy voy a hablar sobre la naturaleza del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un caballero. Tal vez van a escuchar lo que les voy a compartir, pero no será suyo, hasta que realmente busquen en las escrituras las cuales vamos a leer. Es importante que reciban esta revelación del Señor. Voy a decirlo nuevamente, el Espíritu Santo es un caballero. Él es la parte mas gentil y suave de Dios. Por eso la blasfemia contra el Espíritu Santo nunca será perdonada. Él no hace su propia voluntad sino que realiza la voluntad del Padre y del Hijo.

Ahora quiero que piensen en eso en este momento. Es algo que deben considerar con oración, porque nuestro hábito actual de alabar al Espíritu Santo es algo que yo se que ocurre con frecuencia en mi país. Pero quiero que tomen atenta nota de lo que dicen las escrituras. Una lectura cuidadosa de las escrituras nos muestran que el Espíritu de Dios nos dirige a alabar, pero no a Él mismo, sino al Padre y al Hijo. Como creyentes cristianos, podemos entrar fácilmente en una falta de equilibrio. En algunas congregaciones todo hace énfasis hacia el Padre, y en otras todo hacia el Hijo, y dentro del movimiento carismático cuando yo fui salvo, todo era acerca del Espíritu Santo. Pero siempre debemos ir tras todo el consejo de Dios—necesitamos al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.

La alabanza solo para el Espíritu Santo, separado del Padre y del Hijo, nunca aparece en las escrituras. Yo he leído la Biblia decenas de veces, tratando de encontrar esto. Por favor entiendan esto, que el trabajo del Espíritu Santo es obrar en nosotros la obra del Padre y del Hijo, y prepararnos para ser la esposa del Cordero. No entenderemos el papel del Espíritu Santo, a menos que entendamos el lugar del Padre y del Hijo.

“Yo publicaré el decreto; El Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.”

Por favor miremos el Salmo 2:7-9. Yo estaba hablando con un amigo judío ortodoxo, un amigo muy especial pero que no creía en Jesús. En esa ocasión me dijo: “Debo admitir que el Padre y el Hijo se ve lo largo de las escrituras.” Vamos a hablar de eso en este momento. En el Salmo 2:7-9 (RVR), el Padre habla al Hijo:

Todas las cosas pertenecen al Padre. Todas las cosas están bajo el Padre, pero Él ha escogido poner todo a los pies del Hijo, al cual le ha dado por herencia todas las naciones. Colombia es parte de la herencia de Jesucristo. Colombia le pertenece a Jesucristo, y Dios está moviendo contra los poderes de las tinieblas, contra la muerte, contra la confusión religiosa y contra la brujería. Él está levantando un pueblo que provenga de esta nación, que va a hacer parte de esa esposa que va estar siempre con Él. Su obra en Colombia no ha terminado. Hasta ahora comienza y lo mejor está por venir. Jesús va a deshacer las obras de las tinieblas que han gobernado sobre esta nación, que han oprimido al pueblo, y que los ha mantenido en oscuridad y pecado.

Elohim en el texto de la Biblia hebrea

El Hijo de Dios es el verdadero Rey para Colombia, y lo va a hacer por medio de su Espíritu Santo, que se está moviendo en toda la tierra para deshacer las obras de las tinieblas, y para cumplir la voluntad del Padre y del Hijo. Necesitamos entender la naturaleza plural del Dios al cual servimos.

Este momento es un tiempo para aprender más de Él. Es importante ser un estudiante de la palabra—tenemos mucho que aprender por medio del poder del Espíritu Santo. Miremos Génesis 1:1 (RVR): “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” La palabra para Dios aquí a lo largo del libro de Génesis es Elohim. Elohim es plural, también Adonaí. Como un amigo judío muy especial me dijo hace años, los nombres de Dios en el antiguo testamento son en plural. Un solo Dios, pero sus nombres son Elohim y Adonaí que son plural. ¿Cómo puede ser?

“Oye Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma y con todas tus fuerzas.”

El famoso Shema Israel, la expresión más importante del pueblo judío, esta en Deuteronomio 6:4-5 (RVR). Todo judío religioso repite estas palabras vez tras vez:

Todos los nombres de Dios que allí se encuentra están en plural. Pero esa última frase, “el Señor uno es,” no es achad, el número uno en hebreo. Es echad y se refiere a la unidad del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo que son uno. Y Dios también desea que nosotros seamos uno.

El Señor va a tener una sola esposa. El enemigo trabaja en dividir a los creyentes, pero que Dios tenga su manera con nosotros en este momento—y destruya toda división, toda actitud, toda falta de perdón, toda envidia, porque Dios está buscando el número uno, echad, unidad en el Espíritu de Dios. Es la naturaleza de Dios, y nosotros estamos llamados a ser como Él.

Si tú tienes algo contra tu hermano o hermana y puedes decir a alguien, “Estoy feliz de que seas mi hermano”, pero a otro dices, “Mm, no se acerca de ti. Yo creo que prefiero a este otro hermano”, tienes un problema. La que ha de ser la esposa de Cristo será uno, y parte de la obra del Espíritu en esta hora es traer convicción de pecado, de actitudes que nunca van a entrar en el reino de los cielos. Debemos amar al Señor con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas. Y ¿cuál es el segundo mandamiento que nos dejo Jesús? “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Como Jesús dijo en Juan 10:30 (RVR), “Yo y el Padre uno somos.”

Eso viene del griego pero es el mismo concepto. Un día el Cordero de Dios y su esposa serán uno, y nosotros danzaremos con gozo.

“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”

Pero Jesús quiere que seamos uno con Él ahora. Dios está buscando el número uno. Es su naturaleza, eso es lo que quiere en nosotros.

Volviendo al tema del Espíritu Santo, en Génesis 1:2 (RVR) vemos la primera aparición en las escrituras del Espíritu Santo:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”

Si lees Génesis 1, te darás cuenta que había una conversación allí, una conversación entre el Padre y el Hijo. Luego Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza,” todo plural. Sabemos que era el Padre y el Hijo porque si lees Juan capitulo 1:1-4 (RVR), encontrarás las siguientes palabras:

Si piensas solamente que Cristo era un buen hombre, realmente no le conoces. Si solo piensas que fue un profeta más, entonces no sabes quién era Él. Jesús, junto con el Padre, creó todas las estrellas en el espacio y las llamo por nombre.

Algunos de nosotros tenemos a un Jesús demasiado pequeño. El verdadero Jesús no es pequeño, porque junto con el Padre, Él hizo los cielos y la tierra. Ese es el Jesús que yo quiero conocer, ese que ha estado allí desde el comienzo y hasta el final, junto con el Padre reinando sobre la tierra por miles de años—y luego destruyendo este universo y haciendo un nuevo universo donde la justicia de Dios reinará para siempre. Todo este mundo va a pasar, pero solo el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y la esposa de Cristo permanecerán para siempre. Entonces, ¿qué es lo más importante en la vida? Dios sabe nuestras necesidades, pero Él quiere que le busquemos sobre todas las cosas.

Una supernova o estrella que explota

¿Como hizo Dios los cielos y la tierra? Como muestra Génesis 1:2, era el Espíritu de Dios que estaba allí llevando a cuestas la obra, los deseos del Padre y del Hijo. Si leen cuidadosamente los versículos 1 y 2, van a ver que hay indicios que después que Dios creó los cielos y la tierra, todo estaba en una confusión, en un desorden. En Hebreo quiere decir desolación, o un desperdicio, o una ruina que no puede ser distinguida, algo que era pero que fue destruido. Estas palabras en hebreo solo aparecen en un otro lugar en las escrituras, en Jeremías 4:23 cuando Israel había dado las espaldas a Dios, y toda la gloria de Israel se había convertido en una vergüenza. Israel caminaba hacia la destrucción y el juicio. No sabemos qué fue exactamente lo que pasó entre los versículos 1 y 2 de Génesis 1, pero sabemos que el diablo se rebeló contra el Señor con parte de los ángeles. Dios no siempre satisface nuestra curiosidad, pero sabemos que ocurrió una rebelión allá arriba que realmente volcó al universo, aun antes que el hombre existiera. Entonces Dios envió su Espíritu en medio de ese desorden y confusión, en medio de toda esa oscuridad para corregir las cosas. Y saben ¿qué está haciendo el Espíritu de Dios en nuestra generación? Él está moviendo sobre vidas desordenadas, sobre almas destruidas. Allí donde hay muerte, miseria, Él está trayendo salvación.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Pero el diablo vino a destruir muchas vidas en esta nación. La mayoría de los colombianos están viviendo en oscuridad y Jesús no está feliz. Entonces Él está moviendo por su Espíritu Santo, está rescatando las vidas del pecado, de las mentiras del enemigo, de la brujería, de todo lo que es la idolatría. Hay un solo Dios y ningún ídolo te puede ayudar. ¡Los ídolos no son Dios! Detrás de los ídolos hay demonios, y ellos realmente no vienen a ayudar. Ellos vienen a destruir, como Jesús dijo en Juan 10:10 (RVR):

Jesús ha venido a Colombia, por el poder del Espíritu Santo, para rescatar a los niños de la muerte, restaurar familias y vidas por el poder del Espíritu Santo. El Espíritu Santo quiere traer orden donde el diablo ha querido traer muerte. El Espíritu de Dios quiere traer luz donde ha habido oscuridad. El Espíritu de Dios quiere traer gozo a las almas que han sido azotadas por el enemigo. Jesús viene para librar a los cautivos y por eso estamos aquí en Colombia en esta hora.

“Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”

Miremos ahora Juan 16, que nos habla sobre el trabajo del Espíritu Santo. Necesitamos comprender lo que Dios está haciendo sobre nosotros y en Colombia, y en las naciones también. Necesitamos comprender la obra del Espíritu Santo para que trabajemos con Él, y escuchar lo que Dios está diciendo, y ser cotrabajadores con Él. Vamos a leer entonces versículos 5 al 11 del capítulo 16 del evangelio de San Juan (RVR) que dice:

El Espíritu no hubiera venido a menos que Jesús se fuera. Entonces consideremos lo que hizo Jesús. El Padre y el Hijo no pueden ser contenidos ni por el propio universo, pero el Hijo de Dios se limito así mismo por un tiempo a un cuerpo. Por favor entendamos, Jesús vino con debilidad, y no porque fuera débil, aun nació como un bebe, pero vino a morir en una cruz. Él vino y nació en debilidad para ser como nosotros, para vivir entre nosotros, para enseñarnos, y sobre todas las cosas para morir por nosotros.

Aun siendo completamente hombre, pero también 100% Dios, como Hijo de Dios para que nosotros pudiéramos vivir y ahora Él reina y nosotros podemos vivir con la vida eterna. Como hombre viviendo en este mundo por 33 años, Él solo podía estar en un solo lugar a la vez. Él estaba en Israel, nosotros aquí sin Él, pero cuando Él se fue, Él envió su Espíritu al mundo, porque el Espíritu de Dios puede mover en todas las naciones, y escuchar toda oración al mismo tiempo. El Espíritu Santo ha venido para terminar el trabajo del Padre, del Hijo. Él es nuestro ayudador, nuestro consolador. Él es nuestro maestro, Él es nuestra guía, pero no para atraernos para Él mismo, sino para llevarnos al Hijo de Dios, preparándonos para ser la esposa del Cordero de Dios.

Hermanos ¿por qué no estar llenos y saturados del Espíritu Santo? Necesitamos el Espíritu de Dios y ser bautizados en Él, con el fin de ser todo lo que Él nos ha llamado a ser. Jesús ha enviado al Espíritu Santo para guiarnos en toda verdad. Él toma las cosas de Jesús y nos las da. ¿Por qué? Porque así como Eliezer, el siervo de Abraham, estaba buscando una esposa para Isaac, de igual manera el Espíritu Santo, está buscando una esposa para el Hijo. Y Él está obrando en nosotros para prepararnos. Si el Espíritu de Dios te está hablando a ti en esta hora, no le digas no, dile sí, porque Dios está aquí con nosotros presente sobre todas las cosas.

Ídolos indígenas idols de San Agustin, Colombia

El Espíritu de Dios hace tres cosas, y Colombia necesita todas estas cosas. La primera es traer convicción de pecado, porque los hombres no creen. ¿Por qué los hombres se vuelven a los ídolos? Porque creen que adorar a Dios no es lo suficiente. ¿Por qué la gente entra en la brujería? Porque no creen que Dios puede sanarlos, y si creyeran que Dios los puede sanar no irían a consultar una bruja. ¿Por qué las personas buscan la felicidad en el pecado? Porque no creen que la verdadera felicidad que viene de Dios y todo eso es pecado. ¿Por qué queremos vivir nuestra propia vida y hacer nuestras propias cosas? Eso es el pecado, como Isaías declara, “Cada uno de nosotros hemos ido por nuestros propios caminos.”

Yo he tenido mis ídolos, tú has tenido tus ídolos. Yo hago lo que yo quiero y tu lo que quieras. Todo eso es pecado, entonces el Espíritu de Dios se está moviendo para traer convicción al hombre de pecado. ¿Por qué? Para que podamos convertirnos y ser perdonados. El pecado no entrara en el reino de los cielos. Dios ama al pecador pero odia el pecado. El pecado no va a entrar en el reino de Dios. Ya ha destruido esta tierra, y Él no permitirá que el pecado destruya los cielos y la tierra nueva. Podemos orar entonces, “Señor envía tu Espíritu Santo para traer convicción sobre los hombres. Señor trae convicción de pecado sobre mi hermano, sobre mi esposa, sobre mis estudiantes, sobre mis compañeros de oficina. Señor trae convicción aun sobre mi vida. No quiero esconder mi pecado, no quiero que haya nada oculto, pero quiero que todo pueda ser revelado para poder ser perdonado y así mi vida sea transformada.”

El Espíritu de Dios viene para convencer a los hombres de pecado, traer convicción de justicia, “porque yo voy al padre y no me veréis mas.” Jesús no está físicamente predicando en el mar de Galilea ahora, pero el Espíritu de Dios está aquí. Nos está llevando hacia la justicia de Dios sacándonos de la muerte y el pecado. En la vida, ¿que más uno puede querer? ¿Alguien quiere morir aquí? ¿Alguien quiere ir al infierno? El infierno es real, Jesús murió para que no tengas que ir al infierno. Jesús envió a su Espíritu Santo para traer convicción de pecado. No salgas con excusas, no cubras tu pecado. Este es el momento para confesar tus pecados, porque el pecado nunca va a entrar en el reino de Dios. Jesús quiere que seamos vestidos de su justicia, pero primeramente debemos ser lavados de todo pecado. La esposa del cordero estará vestida en ropas hermosas que se le serán dadas para brillar en justicia, por eso no le debes dar mas lugar al pecado.

La tercera función del Espíritu Santo es traer convicción de juicio, porque ya el príncipe de este mundo ha sido juzgado. ¿Por qué debemos tener convicción de juicio? Porque la Biblia dice en Hebreos 10:31 (RVR), “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Hermanos, no jueguen con Dios, no jueguen con el pecado, con pecado oculto. No jueguen con las cosas oscuras y vergonzosas de este mundo. Vendrá el juicio y cada uno de nosotros tenemos que dar cuentas al Señor, pero si nosotros confesamos ahora nuestros pecados, serán perdonados ya no habrá más juicio. Pero si tú te aferras al pecado hasta la muerte, vas a morir eternamente. Esa es la obra del Espíritu de Dios traer convicción de juicio.

Alguna persona aquí pueda decir, “Yo puedo adorar de cualquier forma que quiera. ¿Quién eres tú, para que me digas que yo estoy equivocado?” La mayoría de personas en esta nación no están adorando al Dios vivo. Están marchando hacia el juicio y hacia la muerte, y espero que esto quebrante tu corazón, porque me quebranta a mi también. El Espíritu de Dios quiere traer convicción a cada uno de nosotros del juicio que vendrá, para que tengamos un temor reverente. ¡No sigas hay cómodamente! El arrepentimiento es algo que necesitamos mientras vivimos en este mundo, porque la tentación está en todas partes. El pecado nos rodea, vendrá el juicio, pero hay una fuente que fluye de las venas del Cordero para lavarnos de nuestros pecados.

Un tiempo de arrepentimiento en el
Centro de la Familia Cristiana en Sogamoso

Hoy es el día para ser lavado de tus pecados, para confesar todo pecado oculto, para que lo sueltes. Este día es el día en que puedes poner tu vida allí, al pie de la cruz y decirle al Señor Jesús: “¡Aquí estoy! ¡Me arrepiento! No más pecado, no más mi propia voluntad, no más la envidia, los celos, la ira, no más la lascivia, no más mi falta de perdón. ¡No más! Señor tengo temor de ti. Quiero vivir y no morir, y tú has dicho que la paga del pecado es muerte.”

¡Oh, cuan libremente Dios ofrece en este instante el regalo del perdón y la vida eterna! Pero el precio es la confesión de todo pecado delante de Dios, ser lavado en la sangre del Cordero y dejar ese pecado atrás. Estamos acercándonos hacia una boda. ¿Quieres estar allí con ropas sucias? Para ser echado en la oscuridad, Dios no quiere que estés con ropas sucias. Él quiere lavarte y vestirte con hermosas ropas, de justicia, vestido con la hermosura del Cordero para ser de Él para siempre.

Si no tienes la seguridad de que tus pecados son perdonados, este es el momento en que puedes aceptar al Señor Jesús como tu Salvador. Y aun si eres creyente, Dios está trayendo convicción sobre algo, no le digas no al Señor, dile sí. “Todo lo que soy es para Ti.” ¿Está el Espíritu de Dios hablando a tu corazón en este momento? Es momento de recibir el perdón de Dios. Él te ama, Él odia tu pecado y Él quiere transformar tu vida.

Christopher N. White ©2010. (Mensaje dado al Centro de la Familia Cristiana, Sogamoso, Colombia, 23 de enero, 2010.)

Transcripción ©2010 por Eliana Cárdenas Rojas.

Las referencias bíblicas se toman de la Versión Reina-Valera, ©1960 por las Sociedades Bíblicas Unidas en América Latina, y la Nueva Versión Internacional, ©1999 por La Sociedad Bíblica Internacional.