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La batalla de hoy, una batalla espiritual

Mis hermanos y hermanas, la batalla es aquí primero en la casa de Dios. No es contra los submarinos de Chávez, ni contra sus aviones rusos, ni contra sus tanques de guerra. Dios está en el trono, y las amenazas son contra Dios mismo. Algunos hombres están diciendo, “Vamos a reinar en el mundo y ustedes judíos y ustedes cristianos, no podrán estar de pie. Nosotros vamos a aplastarlos y también a su Dios.” Miremos lo que dice el versículo tres, prueba que Ezequías era un hombre de visión. Él dijo, “Día de angustia, de reprensión y de blasfemia es este día,” pero él no dijo “es mi día.” El rey Saúl se preocupó de si mismo, de su nombre, de su honor, pero David se preocupaba por el honor de Dios. Ezequías no estaba temeroso por si mismo sino por los hijos de Israel, y él sabía que Dios tenía planes. Dice en el verso tres, “porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas”. ¿Qué era lo que Ezequías estaba creyendo para su generación? ¡Él creyó para un avivamiento! Desde pequeño estaba orando por avivamiento. Él destruyó los sitios altos, destruyó las obras de las tinieblas por una sola razón: “Señor, ¡que veamos tu poder en nuestra tierra! Los hijos están a punto de nacer.” Dios está a punto de hacer una gran obra, pero no tenemos fuerza para que ellos nazcan, porque el diablo ha venido a destruir. Pero luego él dice, “Quizá oirá el Señor tu Dios las palabras del Rabsaces”, porque la blasfemia no fue contra Ezequías, sino contra Dios mismo.

Chavez con Ahmadinejad de Iran

Ahmadinejad y otros están blasfemando contra el Dios de Israel, están diciendo que el Islam reinará sobre el mundo. ¡Esto no sucederá! Hoy es el día en que Dios está moviendo por las naciones musulmanas. Es tiempo para que ellas escapen de las tinieblas y vengan a la luz. Algunos niños musulmanes están naciendo a través de Jesucristo y están siendo perseguidos. Las iglesias están siendo quemadas, bombardeadas. Otros están siendo presos, otros muriendo, pero Dios está haciendo una obra en ese remanente que queda, aun del mundo musulmán. Y Dios desea un remanente, también de las tierras donde una forma de la religión cristiana reina, pero no el conocimiento del Señor. Los niños están naciendo, están escapando de los ídolos, de la brujería, de la opresión espiritual, escapando de la oscuridad. Pero nosotros no tenemos las fuerzas, no podemos producir el avivamiento por nuestra propia cuenta. No podemos destruir las obras de las tinieblas, pero podemos venir a la casa de Dios.

Y este es nuestro privilegio, porque como dice el salmo, “Este es el privilegio de los hijos de Dios, de ejecutar el juicio escrito”. También juicio fue escrito en contra de Senaquerib, porque él paso los limites junto con el diablo. Hay muchas pequeñas bocas que se levantan en contra de Dios. Mis hermanos, ya se decretó el juicio, pero entonces vamos a ir a la casa de Dios y vamos a clamar a Él. Vamos a derribar los sitios altos. ¿Cómo debemos orar por Colombia? “Señor, derriba los ídolos, los lugares altos, destruye toda la brujería, la hechicería, ¡limpia nuestra tierra!” Dios quiere enviar avivamiento, pero Colombia necesita los Ezequías, que van a aun a limpiar sus propias vidas, y comenzaran la obra de limpiar la tierra. No puedes limpiar a Colombia a menos que Dios te limpie. No podrás ser un soldado de Jesús a menos que la espada de Cristo allá aun quebrantado tu propio corazón.

Jóvenes, inviten al Señor para que entre en cada cuarto de sus casas por su Espíritu Santo, en cada lugar secreto de sus corazones, para que lo limpie. Recuerda que estás llamado a ocupar un trono como Ezequías, estamos llamados para reinar sobre la tierra. Pero que el Señor nos limpie, aunque somos pocos y pequeños ante nuestros ojos. Cuando lleguemos al lugar de la batalla, no abra nada en nosotros que el diablo pueda allí tomar. No había nada en la vida de Ezequías, no había terreno en él que el diablo tuviera lugar, para que entonces Dios se glorificara con poder. ¡No hubo necesidad que una solo espada israelita fuera desenvainada! ¡Todo un ejército asirio apareció muerto en sus carpas! ¿Cuando en la historia ha ocurrido algo similar? Ni antes, ni después.

“Señor, por favor marcha por Colombia y por las naciones de América, destruyendo los dioses falsos que han reinado sobre las tierras por miles de años, y han mantenido en cautividad a los pueblos. Señor, destruye a aquel que no ha querido dejar a los cautivos libres, y en nuestra generación abre las puertas de las cárceles, cárceles de hechicería y brujería, del pecado, de la falsa religión, de la idolatría. Abre las cárceles del temor, que aquellos que habitan en oscuridad entren a la luz.

Señor, que brille tu luz en Colombia de tal manera que todas las naciones de Latino América vengan y pregunten, “¿Qué es lo que Dios está haciendo aquí?” Has una obra en nuestra generación más grande de lo que podamos imaginar. Señor, trae los hijos que tu quieres desde el principio de los tiempos: hijos colombianos, hijos venezolanos, chilenos, brasileros, argentinos, de Nicaragua, de Panamá, de Guatemala, de Honduras, de México, que ya no serán víctimas de la oscuridad—¡sino más bien una generación que camina en tu luz!

Has una nueva obra y levanta un ejército, una iglesia que es terrible como un ejército poderoso con banderas, rescatados de la oscuridad y traídos a la luz. En el nombre de Jesús, ¡Amén!”

¡Pero Dios, nuestro Dios, es el mismo Dios de Ezequías! Él no desea destruir vidas así. Pero si quiere destruir los demonios que han dominado sobre las tierras de latino América, que han mantenido a los pueblos en esclavitud mediante el temor. ¿Por qué ofrecen los colombianos sacrificios a los ídolos? Ellos piensan que están adorando a Dios, pero están adorando realmente a un dios de temor. ¿Cuántos en Colombia no conocen a Dios? ¿A ese Dios de amor, a nuestro Dios de perdón? No conocen al Dios de misericordia, solo saben y conocen a un dios de muerte, de temor, de opresión, de oscuridad. Ellos piensan que ese es Dios. Esa es razón suficiente para que Dios quiera destruir a los dioses falsos. Senaquerib marchó por las tierras, y destruyó a los dioses que no eran dioses. ¡Pero él mismo fue destruido cuando trató de oponerse al Dios Vivo!

Levantemos nuestra oración:



 

 


Creo que este es un tiempo de oración, para que primeramente le entregues todo tu corazón a Dios, así como el Rey Ezequías lo hizo. Es hora de entregarnos ciento por ciento a Dios, porque Él también quiere dar a los países de Latino América el 100%. Él quiere vidas que son ofrendas para siempre, que son una fragancia, vidas que sean fragancia de Jesús a las naciones.

Christopher N. White ©2010. (Mensaje dado a Iglesia Monte Sion en Chía, Colombia, en la reunión de 3 de enero, 2010.)

Transcripción ©2010 por Eliana Cárdenas Rojas.

Toda referencia bíblica se toma de la Reina Valera Revisada 1960, ©1960 por las Sociedades Bíblicas Unidas en América Latina.